“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

sábado, 2 de junio de 2012

Hasta la corona de las princesas

Estos días me estoy dando cuenta de que, algo tan inocente a simple vista como llamarle a una niña "mi princesa", puede llegar a convertirse en algo tan dañino como que esa niña llegue a creerse una princesa de verdad. No una princesa como las de carne y hueso. Sino ese tipo de princesas de cuento, de esas que sólo se visten de rosa, que tienen que ir siempre impecables, y que se maquillan hasta para dormir.
Yo, que cuando nació mi niña prohibí a todos los que conocía que le regalasen ropita rosa, con lazos ni puntillas, pues no quería que mi hija pareciese un dulce de fresa (siento si hiero sensibilidades, pero es que no soporto el rosa bebé de los pies a la cabeza ni las niñas con lazos hasta en las braguitas). Los juguetes que entraban en casa eran desde muñecas hasta pelotas y coches. Nunca hicimos distinción entre "cosas para niñas y cosas para niños". De hecho, una de las primeras entradas de este blog, la dedicaba a la pasión de mi hija por las excavadoras, camiones, etc.
Pues ahora me veo en la tesitura de que mi niña no quiere nada que no sea ROSA.
No es que no me guste el color dichoso. Sino que llega un momento en que te aburre sobremanera cuando ves que tu hija llega a preferir tomarse un helado de fresa pese a que el sabor no es el que más le agrada, sólo porque es de color rosa.
Yo, que nunca me maquillo ni me pinto las uñas, que no uso tacones, que no voy "a la última" ... Pues viene mi enanita y me pregunta un día que por qué mis zapatos son todos tan bajitos.
Pero ahí no acaba la cosa.
Siempre he dejado en ella poder de decisión. Creo que es bueno para ella que pueda escoger lo que le gusta y no le gusta. Desde hace ya tiempo, normalmente es ella la que decide qué se quiere poner, e incluso vamos a comprar su ropa las dos juntas.
Pero últimamente esto se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para mí. En los comercios es ver algo rosa y querer llevárselo de inmediato aunque no hayamos ido específicamente a comprar algo, sino sólo a echar un vistazo. Sólo quiere ponerse ropa de color rosa y no permite que mami prefiera que un día se ponga unos vaqueros.

Y todo esto me plantea dudas.
No sé si hago bien en que ella escoja siempre lo que ha de ponerse.
No sé si en algo he fallado y la he incitado de alguna manera que no consigo ver, a que se crea una princesita que no puede salir de casa si no va mega perfecta.
No sé si esto va en los genes o es que la entrada al cole y la influencia de sus nuevas amigas tiene algo que ver.

Quiero pensar que es cosa de la edad, que es algo pasajero.

Aunque me queda la satisfacción de que todavía no me ha pedido que le ponga lazos en el pelo. Mientras tanto, tendré que aguantar estar rodeada de rosa.

6 comentarios:

  1. Hola!! nunca he escrito pero te leo bastante...Te comento que lo del rosita y las princesas es algo normal a su edad...se le pasará seguro...
    Lo que puedes hacer es poner un día o dos a la semana en el que ella puede ponerse la ropa que quiera y el resto de días tu eres la que decides... Es una manera de que las dos "ganeis"...
    Un besote

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  2. hola, primero me presento, soy Tulita, nunca antes te había escrito aunque te sigo y de hecho en mi blog te tengo en el apartado "me gusta".
    Yo también tengo una niña de la edad de la tuya, la diferencia es que a mi el rosa me gusta mucho, (pero ¡¡¡lazos no!!!) así que yo misma le compré muchas cositas de ese color. ahora está en la misma etapa que la tuya aunque no tiene problema en ponerse otros colores. Yo creo que el truco está en no insistirle, "hija, ¿otra vez rosa?" deja que se canse ella sola. Por lo que veo tu hija es muy creativa y seguro que no dura mucho con "una vida monocromo".
    un saludo.

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  3. Hola! acabo de conocer tu blog y me encanta! me quedo por aqui y me hago seguidora ; )
    Mi niña tiene apenas dos añitos y es también muuy presumida,me la imagino en alguna escena de las que nos has contado y me parto de risa.
    Besos

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  4. Gracias por vuestros comentarios y bienvenidas!
    Lo que estamos haciendo ahora es lo que ha sugerido Vero: 2 días a la semana escoge ella, y el resto, mami.
    Lo que me resulta molesto de esto, no es que le guste el rosa, de hecho a mí me encanta el fucsia. Sino ese comportamiento de tener que salir de casa "divina de la muerte" tipo Barbie (muñeca que he odiado desde pequeña).
    Porque digo yo, es la coquetería (como suele entenderse habitualmente), un valor a inculcar en nuestras hijas? Sinceramente, creo que no.

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  5. Ay hija qué me vas a contar. Yo que detesto el rosa que soy antibarbie y muñecas, tengo en casa a dos que les encanta las barbies y las bratzs.
    Mira que la mayor al principio sólo quería rojo y azul, coches y coches y muchos coches , pero fue comenzar el colegio y poco a poco se transformó en una niña que sólo le gustaba el rosa y las barbies.
    La peque es igual, desde pequeña ha tenido tendencia a lo rosa, a los bebés y a ponerse los zapatos de mamá. A la hora de ir al colegio sólo quiere vestidos y se enfada cuando toca psicomotricidad y tiene que llevar ropa deportiva.
    Se que es una etapa y que tienen que ir probando nuevas cosas. Las modas van y vienen.

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  6. pues no se que decirte.... Noa es cambiante, a ratos presumida a ratos pasa de todo y se revuelca por el suelo y se pone sucia de la cabeza a los pies.
    Siempre fue de coches y gormitis, si si, gormitis, vamos lo que veia a su hermano....
    Ahora le sale la vena maternal y le van mas los bebes que lo mismo los adora y los llena de besos que los tira al aire para ver como se estampan en el suelo, me salio un poco macarrilla la niña jajajja
    le encanta cambiarse la ropa, cosa que hace con su padre porque yo no la dejo ni acercarse al armario por lo que me encuentro despues... y algun dia me protesta que "esta sasiseta (camiseta) no me gusta" y quiero esto, pero aun puedo decidir, veremos a ver que pasa a partir de septiembre!

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