“(…) no devenimos madres necesariamente cuando parimos al niño, sino en el transcurso de algún instante de desesperación, locura y soledad en medio de la noche con nuestro hijo en brazos. Cuando la lógica y la razón no nos sirven, cuando nos sentimos transportadas a un tiempo sin tiempo, cuando el cansancio es infinito y sólo nos resta entregarnos a ese niño que expresa nuestro yo profundo y no logramos acallar, entonces nuestra madre interior ha nacido.”

Laura Gutman

miércoles, 12 de enero de 2011

CONTROL DE ESFÍNTERES Y RETIRADA DEL PAÑAL (PARTE III)

Y por fin Aroa se ha decidido a hacer las cacas en el váter.
Así, como quien no quiere la cosa, la senté como otras veces porque me había pedido para hacer pipí, pero también quería hacer caquita, como siempre, en un pañal. Entonces le dije: "de acuerdo, entonces vamos primero a hacer el pipí y después te pongo un pañal para la caca, vale?" Ella aceptó de buen grado, pero el apretón debía ser bastante grande porque a la pobre le salió todo a la vez en el váter.
La fiesta fue tremenda: entre el ruído de las caquitas al caer, que yo me puse a gritar de alegría como una loca, que mi marido se unió a la juerga ... aquello se convirtió en todo un festival de risas. Y ella tan encantada con la celebración que lo estuvo contando a todas las personas que se ha ido encontrando durante el día.
La de cosas que llega uno a celebrar en su vida!

El caso es que desde que Aroa comenzó a hacer pipí sin necesidad del pañal, hemos pasado por muchos momentos de escapes. Pero ya lleva bastante tiempo que lo tiene muy bien controlado, a pesar de que sigue necesitando el pañal para la siesta de la tarde y para la noche. Sin embargo siempre ha tenido cierto temor a hacer las cacas en un lugar diferente del pañal.
Me peleé con varias personas que se empeñaban en que tenía que obligarla a que también hiciera sus caquitas en el váter (no llegué a las manos, pero ganas me faltaron). Pero yo sabía que todo tiene su momento y que su momento llegaría más tarde o más temprano. Y así ha sido.

Ays, mi pequeñina, que se hace mayor!

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